Atrapada en la telaraña.Regañina de Matilda.

Esta tarde ha llegado a mi buzón un regalo, es la foto de una araña en su telaraña, me la ha enviado Manolo Garcia, en un principio la telaraña que ilustraba esta entrada no tenía araña, me dan mucho repelús esos bichos,
He observado durante un buen rato a la araña, las dos nos mirábamos expectantes, yo apartando los dedos del teclado, con la espalda hacía atrás, mostrando mi rechazo.
Ella no se movía, me ha parecido escuchar un susurro, ¡era la araña! ¡me estaba hablando!

¿Acaso no me oyes?
-Disculpa, no sabía que podías hablar.
-Ya ves que si.
-¿Quien eres?- le he preguntado
-Me llamo Matilda y soy de Linares.
-Estupefacta he intentado presentarme pero ella me ha indicado silencio con una de sus largas y finas patas.
-Ya se quien eres, la quejica del séptimo.
-¿Como?-le he dicho yo.
-Andas lánguida y ceñuda, estás preocupando a los demás.
-Bueno yo...-he atinado a balbucear.
-¿Acaso te has olvidado de ti misma? ¿Se te ha olvidado como eres?
No podía hablar, no salía de mi asombro.
Matilda se ha sentado, cómodamente, en su telaraña y ha continuado:
-¿Te has mirado bien al espejo?. No te das cuenta de que ya no brillan tus ojos, estás apagada careces de luz y esa no eres tu, estás enfadada y no consigues sonreír, te estás perdiendo todo lo bueno que hay a tu alrededor y eso es solo el comienzo, sí no eres capaz de reaccionar, estarás cada vez mas ceñuda y enfadada y se te olvidará, realmente, quien eres tu.
Matilda agita sus patas, toma aliento y continúa:
-Te enseñaron que no te puedes rendir y que si en la batalla sufres alguna herida  es lo normal, has de juntar los pedazos y volver a la carga, No te enseñaron a ser débil, te enseñaron a luchar, no te dieron fuerza pero si una sonrisa y es tu mejor arma, no seas tontaina, no estás atrapada, son situaciones pasajeras y lo que has de hacer es armarte bien, selecciona con esmero todo aquello que te de buena energía lo demás dejalo a un lado.
-¿Quien te ha enseñado todo eso Matilda?- le he preguntado.
-Lo he aprendido de la vida y de escuchar a los demás, hasta los  pájaros de Elia  lo saben:
-"La vida es un desafío constante pero vale la pena aceptarlo" y, ahora, espabila y deja de gimotear de lo contrario me iré por donde he venido. ¿Estás de acuerdo?
-Estoy de acuerdo Matilda-le he dicho riendo.

¡Esta Matilda es todo un carácter! Vaya regañina que me ha echado :D

¡BIENVENIDA MATILDA!

Esta era la primera parte:

Es metafórico, así me siento, atrapada en una telaraña en este caso es , fundamentalmente, de tipo laboral , miro la agenda y está llena de actividades pero ninguna de tipo social, familiar o recreativo, lo cierto es que para estás actividades no necesito anotación porque las tengo muy presentes y me doy cuenta de que llevo una temporada en la que estoy tan liada que apenas puedo participar en ellas por eso me he siento atrapada, no hay ninguna amenaza, no hay una araña esperando a comerse a la víctima ¡solo me faltaba! la amenaza es la propia telaraña, no la puedo romper ni tampoco puedo escapar, he de hacer lo que me corresponde y, además he de poner mi empeño en hacerlo bien, no tengo muchas dudas acerca de mi capacidad y responsabilidad pero sí que me inquieta el precio de tanta disciplina.


Ha sido difícil encontrar imágenes para ilustrar este post, las telarañas son una obra de arte pero me repugnan y eso si están vacías, el rechazo es aún mayor si se encuentra en ella la laboriosa propietaria, ni la nombro, es un bicho que me aterra a pesar de su escaso tamaño y eso que dicen que dan buena suerte en la casa en que habitan y, además, se comen a los mosquitos por lo tanto son estupendas como insecticida, prefiero los métodos convencionales de tipo eléctrico, los de aerosol me gustan menos, huelen mal y pringan mucho.

Una vez más me acuerdo de mi amiga Nadie que va un tanto estresada por el trabajo y ha encontrado una preciosa forma de escape.

No tengo tiempo para hacer una entrada bonita ni muy documentada así que me limito a hablar a través del teclado.

Supongo que es posible llevarlo mejor, me ayudaría poder dedicar un tiempo a lo que me gusta realmente, pasar tiempo con mi gente, pasear, ir al cine, leer, informarme, dibujar, dormir, compartir comidas y cenas o, sencillamente, no hacer nada.

Por otro lado me estoy viendo como  una quejica porque, si lo pienso, soy privilegiada por tener trabajo, mucha gente quisiera tener mi situación  y por ello, en cierto modo, me agobio más.

He de decirme que son temporadas y que todo pasa, ahora toca agachar la cabeza y dejar que caiga el chaparrón, me pondré el mejor chubasquero que encuentre, de color rojo a ser posible y le haré frente.

¡VAYA RITMO QUE LLEVAIS!

¿NO PODEIS AFLOJAR UN POQUITO?

¡FELIZ SEMANA!