¡Fíjese en los cristales! están empañados por la humedad y los tapizados necesitan una buena limpieza, a pesar de que los cubrí parecen haber cogido polvo.
Iba de un lado a otro moviendo la cabeza consternada. Alba la seguía mansamente, entendía el dolor que manifestaba su ritual.
El cuidado del hogar de Pedro había sido su razón de ser, en cierto modo se había quedado viuda, no porque entre ambos existiese una relación amorosa sin embargo la naturaleza de su vinculo quizás fuese más fuerte, se habían apoyado mutuamente y a pesar de que siempre hubo una diferencia por la posición que cada uno ocupaba ninguno concebía su existencia sin el otro, en cierto modo habían creado una familia atípica en la que ellos eran el centro.
Alba la cogió suavemente del brazo y se dirigió a la cocina.
-Siéntate Amalia quiero hablar contigo, voy a preparar otra tetera.
-Deje, deje, ya lo hago yo.
Alba se sentó, de nada serviría discutir con ella, la cocina era su reino.
Amalia sirvió el té y de disculpó por no poder servir algún tentempié con que poder acompañarlo.
Alba aún estaba pálida, la conversación con Pablo la había afectado, no dejaba de pensar en Porthos. Al día siguiente lo tendría de nuevo en casa pero sabía que el animal lo iba a pasar mal, le dolía la acritud y violencia de su marido ¿qué podía hacer para evitar este comportamiento? Se le escapaba el motivo y el no verse capaz de resolver la situación la desquiciaba ¿Era esto lo que iba a quedar después de haber pasado tantos años juntos? Seguía queriendo a Pablo.
Amalia se dio cuenta de la abstracción de Alba y dio unos golpecitos en la tetera con la cucharilla para llamar su atención.
-Señorita, parece que haya visto a un fantasma, está distraída y no se la ve contenta.
-No es nada- respondió Alba retorciendo un mechón de su pelo -no te preocupes. Estoy contenta de que estés aquí.
-En realidad no me ha sorprendido su llamada, la esperaba- continuo Amalia sin dejar de mirar a la joven. -El señor nunca me hablo de ello pero di por supuesto que esta casa sería para usted, sus hermanas la hubiesen vendido y no necesitan el dinero. Esta casa era muy importante para él y dedicó tiempo y dinero en conseguir que fuese un hogar para todos, fue feliz en ella, todos los fuimos.
-Lo que me enoja es que no nos hablase de ello, era lógico que se lo hubiese contado a mis padres y a ti e incluso a mí ¿Por qué no lo hizo? ¿Acaso no tenía confianza en nosotros? Me hubiese gustado comentarlo con él, con naturalidad.
-Al señor no le gustaba pensar en la muerte, era un tema que no se tocaba, seguramente le resultaba tan obvio que lo dio por supuesto, estaba muy malito y aún así le preocupaba que usted estuviese en tan mala situación con su marido, quería ayudarla y su mayor deseo es que se arreglasen las cosas, la veía sufrir y no podía soportarlo, no dejaba de preguntar a sus padres como iban las cosas, se fue con mucha pena.
-Bueno, Amalia, dejemos de hablar de cosas tristes. A partir de ahora este será mi hogar y quiero que estés conmigo si es tu deseo.
La expresión de Amalia cambió, su rostro se iluminó con una amplia sonrisa.
-¿De verdad?- Calló durante unos instantes y frunció el ceño nuevamente. ¿Vendrá también el señorito Pablo?
- Nos hemos separado definitivamente, no pudimos salvar nuestro matrimonio, no te preocupes, estoy bien, quiero mirar hacia adelante y Pedro me lo ha hecho más fácil dejándome su casa, ya tengo un hogar cerca de los míos, tengo planes. Porthos llegará mañana y mi padre seguirá haciéndose cargo del jardín, no he tenido que convencerlo, ya sabes lo importante que es para él, no quiero ni imaginar el mosqueo que va a pillar cuando vea como está todo, va a tener mucho trabajo.
-Y que lo diga, señorita, las enredaderas están enormes y los setos necesitan una buena poda al igual que los arboles, su padre renegará y con razón, lo que va a tener que trabajar el pobre hombre, pero que desconsiderada soy siento que el señorito Pablo y usted no se hayan arreglado y claro que puede contar conmigo, no sabe lo feliz que me hacen sus palabras, ver esta casa llena de vida otra vez y a usted viviendo en ella me llena de felicidad y le doy las gracias de todo corazón por brindarme la oportunidad de seguir a su lado.
Alba se sirvió otra taza de té y encendió un cigarrillo, apenas fumaba pero la ocasión le pareció oportuna, iba a tener que bregar con la obstinación de Amalia.
-Tan solo voy a ponerte una condición- dijo en tono firme.
-¿Una condición?- Respondió Amalia perpleja, no ha encontrado las cosas a su gusto. Cuando murió el señor cerré la casa como lo hacíamos cuando se ausentaba e insistía en que me tomase vacaciones ¡Ya ve usted! No me hacían ninguna falta, este era mi hogar mucho más que mi propia casa. Amelin se había ido con ese hombre espantoso del que no quiero recordar ni el nombre así que me tenía que ocupar de una casa vacía ya que nadie aportaba por allí, ni yo misma, pero el señor insistía en que me tomase un descanso, yo no lo necesitaba, ocuparme de la casa no suponía un esfuerzo así que le pedía a las vecinas que me invitasen a comer o comíamos fuera, no me apetecía cocinar para mi sola.
-Pedro se preocupaba por ti y le hubiese gustado que en tu tiempo libre hubieses viajado, quería que lo pasases bien, pero estoy desviándome de la cuestión y no quiero que se me olvide, la condición es bien sencilla, quiero que dejes de hablarme de usted. Pedro ya no está así que no es necesario que me trates con tanta formalidad, en realidad nunca fue necesario que lo hicieses, no eres una simple sirvienta y no se te ha tratado como tal. ¿Qué me dices?
Amalia miraba a Alba confundida, estaba nerviosa por lo que se levantó de la mesa y empezó a recoger el servicio de té, iba de la mesa al fregadero y del fregadero a la mesa retorciendo sus manos sin cesar.
-Señorita, siempre la he llamado así- acertó a decir la mujer en medio de su confusión.
-Por eso mismo, respondió Alba cariñosa -ya es hora de que dejes de hacerlo, se puede decir que me has criado, me has limpiado los mocos, me has dado de comer, me has vestido, lavado y cuidado cuando estaba enferma, has sido mi segunda madre ¡Por Dios, Amalia! ¿A qué tanta formalidad?
-No sabría decirle, el señor no me impuso el trato, me nacía así y así lo hemos hecho siempre, no sé si me va a salir ¿por qué hay que cambiar las cosas si están bien como están?
-No están bien, Amalia, me haces sentir incomoda pero no te inquietes, ya verás como todo irá bien, tan solo tendrás que ensayar un poco, yo te ayudaré - replicó Alba divertida- a ver cómo te sale, a partir de ahora me hablas de tu.
-Si insiste, pero no veo la necesidad de cambiar las cosas, respondió Amalia algo enfurruñada.
-No hay elección, es una condición innegociable y ahora hablemos del resto. Amalin está de nuevo en tu casa así que puede venir a comer con nosotras ¿Crees que querrá?- preguntó inquieta.
-Claro que querrá, le voy a dar una alegría cuando le cuente que usted..- Alba dio un golpecito en la mesa interrumpiéndola al tiempo que la miraba sonriendo.
-Nada de usted.
-Que tu..¡Hay señorita que repente le ha dado con esto del tu!
Las dos mujeres rieron a carcajadas.
-¿Qué te parece si salimos al jardín, hace una buena mañana?
Una vez en el jardín Amalia reanudo la conversación.
-¿Dónde vas a comer?- la frase le salió con un tono engolado.
-Muy bien- dijo Alba satisfecha ¿ves como no es tan difícil?
-Pero no se enfade si alguna vez no me sale.
-Lo has vuelto a hacer, no te preocupes cuando ensayemos un poco más te saldrá solo. No he pensado en la comida, voy a pasar aquí el día y por la tarde vendrá Daniel, comeré algo fuera.
-¡Eso si que no! vendrás a comer a casa (se detuvo un instante buscando aprobación en la mirada de Alba como si fuese una niña balbuceando sus primeras palabras) he dejado preparado un buen caldo y una tortilla de patatas, Amelin vendrá a comer y así le cuentas personalmente las novedades (hizo una nueva pausa). Me preocupa esta hija mía, cada día la veo más pálida, se empecina en que no le dé el sol, se ha hecho gótica ¡Gótica! Yo no entiendo estas modernidades, lee mucho y sus amigos son igual de raros que ella, ese hombre la trastornó.
-No digas eso, Amalia, tu hija es una buena chica y que sea gótica no tiene nada de malo, es la misma de siempre lo que ocurre es que se ha hecho mayor y va tomando decisiones con respecto a su vida, a mí tampoco me gusta tomar el sol porque me salen manchas en la piel, Amelin va a tener una piel perfecta y que lea está muy bien, debías de haberte acostumbrado porque en esta casa todos leíamos
.
-Si que es verdad, siempre con las narices en los libros, el señor pasaba horas y horas en la biblioteca y hasta se le olvidaba que tenía que comer, tenía que subir a avisarle trabajaba sin descanso a pesar de que hacía años que se jubiló y tu y mi hija lo mismo, apenas se os oía, no dabais nada de guerra- dijo con cierta nostalgia.
Las mujeres iban recorriendo el jardín mientras hablaban, la mañana era soleada y el sol calentaba con tibieza en la fría mañana de invierno. Se detuvieron en la rosaleda, las rosa de invierno lucían sus galas sin pudor, exultantes ajenas a los problemas humanos, atentas tan solo a los reclamos de la naturaleza.
Al ver las rosas Alba sintió una punzada en el estomago al recordar la que vio nada más entrar sobre el velador , su colorido resaltaba en medio de la frialdad de los lienzos que cubrían los muebles así que preguntó a Amalia:
-¿Pusiste una rosa amarilla en el velador de la entrada?
La mujer la miró con extrañeza.
-Señorita…
-Amalia..
-Alba, ya veo que vamos a perder mucho tiempo si me obligas a hablar tan raro, no tengo costumbre, ya se lo he dicho, que cabezota eres, respondió Amalia consternada e impotente.
-Dejemos eso ahora, la urgió Alba –Dime ¿pusiste ahí una rosa amarilla?
-Claro que no, no he regresado a esta casa desde que la cerré y de eso ya hace unas semanas, además ¡Qué cosas tienes! ¿Para qué iba adornar con flores una casa que está cerrada por luto? Alba, me sorprendes, te hacía con más sentido común, rezongó Amalia.
Alba soltó una carcajada, le divertida la forma que Amalia tenía de reñirle algún que otro azote se llevó cuando era pequeña y se portaba como un demonio.
-¡Dejaré de tener sentido común! te lo he preguntado porque cuando entre en la casa vi una rosa amarilla en el búcaro de porcelana que tanto te gusta, estaba sobre la mesa del velador.
-¿No la habrá dejado su padre de usted algún día que haya venido a dar una vuelta al jardín?
-¡Pero Amalia! ¡Otra vez me hablas de usted! No me voy a rendir así que tú verás.
-¡Que tormento de criatura! Se empeña en hacerme cambiar en un rato y tengo dura la mollera, esto no lo veo claro, no, no, no..
Alba continuo hablando sin hacer caso de las protestas de Amalia.
-Mi padre no ha sido, anoche me dijo que no había vuelto a la Malvarrosa desde que Pedro falleció
.
-¿Quién pudo haberla dejado, entonces? Preguntó Amalia preocupada.
Alba se quedo en silencio, si no había sido Amalia ni nadie de su familia quería decir que alguien había entrado en la casa pero ¿La rosa? ¿Qué sentido tenía? Sería una bienvenida ¿Quién querría darle la bienvenida?
Amalia había entrado en busca de la rosa y miraba el pequeño búcaro de hito en hito, incrédula. Alba le salió al encuentro y ambas examinaron la flor, estaba fresca, sus pétalos comenzaban a abrirse lo que indicaba que había sido puesta allí hacía poco tiempo, quizás dos días antes.
Amalia fue la primera en hablar:
-Quien haya sido ha tenido que buscar el búcaro, lo trajo el señor de Londres, es una pieza delicada y valiosa, lo guardaba en la vitrina del salón, menos mal que no se ha roto.
-Lo de menos el búcaro, es lógico que buscase algo para colocar la rosa y habrá encontrado el búcaro por casualidad fisgando por ahí.
-No me parece tan casual, si no conocía la casa y necesitaba algún recipiente para la rosa lo normal es ir a buscar un vaso a la cocina como haría todo el mundo y no seleccionar una pieza única revolviendo en las vitrinas, no hay solo una y no estaba tan a la vista.
-En eso tienes razón, Amalia, mira por donde tienes dotes de detective y yo sin saberlo, eres una mina y deberías de trabajar con Daniel- Alba bromeó intentando restar importancia al hecho, notaba la preocupación de Amalia y empezaba a sentir miedo, estaba confusa.
-¿Quién tenía llaves de esta casa?
-Que yo sepa, su familia de usted, mi hija y yo, nadie más, pero ya es tarde y Amalin estará a punto de llegar, vamos comer, podemos preguntarle si ha venido por aquí aunque me extrañaría mucho, creo recordar que me dejó sus llaves cuando se casó.
Continuará..
Imágenes tomadas de la red.
24 comentarios:
hola Wendy: Que intriga...Espero no haya sido nadie que quiera hacerle daño a Alba, ya bastante tiene con su ex. Pobrecito de Porthos como llegará?. Muy lindo el capi, estaré esperando el que sigue. Que tengas un lindo finde. Besitos =)
¡Ay por Dios! y me dejas con esta intriga sin saber quien puso la rosa mala XD
Un besote
Ya iba yo echando en falta la historia.... y cuando leo con la alegría de recuperar a los personajes... me dejas mordiéndome las uñas!
Besos
Hola, Wendy, qué gusto me ha dado leer y reencontrarme con la querida Alba, que le digo así porque ya le he tomado mucho cariño. Me lo he pasado bien leyendo su conversación con Amalia, se ve que es una mujer muy buena, ambas lo son y me parece que según una compañía maravillosa, la una para la otra. Me voy, eso sí, con la intriga de la flor, me pregunto si no habrá sido puesta con malas intenciones. Ni modo, habrá que esperar la continuación para enterarnos.
Muy, muy buen capítulo.
Besos.
P.D. Espero ponerme el lunes que viene con mi historia, a ver qué tal.
Uy lo dejaste intrigante¿ quien haya sido ? ojala no haya sido su ex . Te mando un beso y lindo fin de semana
Qué maravilla Wendy. Me meto en la historia nada mas comenzar las primeras líneas y me dejo llevar....
Me encanta como escribes, mucho.
Un beso!!
Amalia tiene un reflejo de obediencia que ni los perros de Pavlov y bien que lo reflejas. Cómo le cuesta cobrar confianza a esta criatura y que bien construyes todo esa escena de la conversación entre ellas.
Ya has entrado en la fase del nudo narrativo, ja, ja: al dejar la rosa misteriosa en la casa. Están las dos preocupadas y los demás estamos expectantes, aaiiihhh
Besos.
genial este nuevo capítulo, wendy. me preocupa que alba siga queriendo a pablo. pero bueno, el tiempo cura todo, incluso el apego a personas tóxicas...
amalia va a ser una buena compañía para alba porque se la ve una persona con los pies en la tierra. aunque sea un poco cabezota, jeje. me recuerda a que mi padre siempre habló a mi abuela materna (su suegra) de usted, aunque ella le había dicho miles de veces que la tuteara.
en próximos capítulos quizá empiece a desvelarse el misterio de la rosa amarilla. y aparecerá amelin, que creo que es un personaje interesante.
besos!!
woooo cada vez se pone mas interesante.
Me encanta y quiero mas
Besines guapa
Ya veremos que camino nos trae la rosa amarilla...Espero que sea bueno.
Besote guapa
Que chulada. Con misterio y todo. ¿Una rosa amarilla?...
Me encanta como va evolucionando la situación, una intriga tras otra. tras de otro Tengo ganas de ver llegar al perrillo.
Wendy eres una buena guionista, igual es tu vocación secreta y no nos lo habías contado:-)
Bss
Qué bueno reencontrarnos con Alba y poder seguir la historia! Cada día está más interesante y esa rosa amarilla, quién la puso? Seguramente no fue con una buena intención, no me gustan las rosas amarillas!!!
Habrá que esperar para enterarse, jaja
Felicitaciones Wen!
Roos
HA estado estupendo, y además me has quedado muy pero que muy intrigada... veremos quién se ha atrevido y lo que es mejor... por qué amarilla? ((Casi son mis preferidas)) Bss amiga.
Querida Wendy
Estaba deseando continuar leyendo y estás consiguiendo crear una intriga que nos hará estar todos los días atentos por si publicas el siguente capítulo...Un jardín descuidado tiene un encanto especial y esa rosa amarilla...tengo a un sospechoso pero no sé si me estaré equivocando
Un Beso
Pues encima nos deja usted con un misterio, madame, y ya sabe que yo no me resisto a los misterios. Además este es del tipo encantador :)
Buenas noches
Bisous
Y nos dejas con el misterio oscilando sobre tus letras... si la rosa hubiera sido negra ya sí que me daba un patatús jajaja.
Aquí estoy, reina, con dos días de retraso pero siempre fiel a tus letras. Eres para mí una persona digna de admiración pues todos aquellos que son capaces de dejar atrás sus miedos y su timidez para darle forma a sus sueños, para compartirlos con otra gente que en ocasiones puede llegar a ser muy crítica para mí lo son. Mucha gente no comprende la ilusión que ponemos en nuestras letras, la esperanza que albergamos de poder mover los sentimientos de quienes nos leen...
Sabes que no suelo leer contemporánea y sin embargo me has enganchado con tu novela. Me gusta Alba, me gusta su historia que al fin y al cabo es una historia cotidiana, me gusta tu estilo y me gusta la ilusión que has puesto en esta tarea.
No te dejes amilanar por nadie y sigue así. El camino se hace andando y tú posees talento para crear autopistas.
Besos, mi Wendulina querida.
Al fin he podido ponerme al día con Alba. Me gusta mucho como la historia va creciendo y sus personajes van tomando forma.
No me gusta nada el ex de Alba, que tipo tan odioso, maleducado y sin escrúpulos. ¿Cómo se le ocurre mandar al pobre Porthos por mensajería? Espero que no lo haga, y si es así que el pobre animal llegue bien. No me gusta nada la idea de que ella siga un poco enamorada de él, a ver si nos sale un buen hombre que la encandile...¿Daniel? ¿Oscar?...
Me encanta Amalia y todo lo que le une con Alba. La vida de Alba ha cambiado y ahora empieza a gobernarla.
La única pega que observo es que la has dejado muy interesante, ¿Quién habrá dejado esa rosa amarilla?
Espero que haya sido alguien de forma amigable y que nada malo le pase a nuestra chica.
Un besazo y adelante!!!
La intriga es muy grande...
una rosa amarilla! son tan hermosas, me gustan mucho.
besos
estoy atenta,
dfeliz semana
^^
Uffff siempre nos dejas con la miel en los labios jijijiji. Ansiosos esperamos el final. Muchos besinos de esta amiga admiradora con inmenso cariño que te da infinitas gracias por hacernos confidentes de tus letras.
Seguiremos el curso de los acontecimientos!!!!!!!
Se perfilan interesantes
Cariños
Viendo la carilla de Porthos (todo un peluche al quien nadie haría ascos, a pesar de ser su dueño una persona inaguantable) creo que Alba le tratará bien... Seguro que mucho mejor que su ex, dueño y señor de la mascota. De todas formas no me extraña que pueda representarle un problema porque, al fin y al cabo, es como si fuera un hijo compartido por tiempos entre la pareja. ¿Qué pasará, qué pasará después? Ganas tengo de saberlo...
Besitos
Hola Wen, confieso...tengo un lío tremendo con los personajes, necesito más tiempo para leerte y entender mejor la historia de cada personaje.
Intentaré volver, en otro momento, llevo 4 horas sentada comentando a los que habéis venido a mi casa.
Mi libro se venderá en España en librerías y en el Corte Inglés, podrás leerlo y sé que te va a gustar.
Vuelvo...
Te dejo un beso de ternura
Sor.Cecilia
Wow! has puesto una buena intriga en tu historia, amiga, qué interesante se pone esto! quién podrá haber dejado la rosa? el fantasma de Pedro tal vez?será bueno ir sabiendo más acerca de este misterio.
Qué personaje es Amalia! me divertí mucho con el asunto del tuteo, pobre señora, le cambian de un plumazo sus costumbres tan arraigadas :)
Sigo con el próximo.
Besos.
Jazmín.
Hola, Wen, lamentablemente Blogger sigue sin actualizar mis entradas, y no me queda más que resignarme, creo, porque no veo otra solución, creo que ya lo intenté todo y me da mucha pena porque saber cuánto me gusta compartir mis cosas con ustedes, pero por otra parte agradezco que estés al pendiente, como otros tantos amigos para ver cómo van las cosas. La entrada del lunes es el capi nuevo y espero mantener esa constancia para que sirva sin necesidad de esperar alertas que no llegarán.
Un besote y muchas gracias por estar allí.
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