Del brazo de un caballero.

 Queridas pololeras, corramos al tocador para retocar nuestros peinados y colocarnos bien los pololos, no se olviden las sombrillas y unos botines cómodos, hoy exploramos del brazo de un gentil caballero que viene acompañándonos en el Club de los pololos desde que lo inauguramos.

Nuestro caballero  se llama Chema y ha tenido el detalle  de compartir con nosotras el descubrimiento que ha hecho explorando en verano.

Permite, Chema, que aproveche la ocasión para dar las gracias a todos los caballeros que, al igual que tu, no han faltado a nuestras veladas, seamos justas queridas hay que echarle mucho valor para compartir nuestras locuras pololeras aunque a decir verdad creo que se habrán divertido a la vez que disfrutado con tamaña exhibición de lencería femenina a pesar de que sea una prenda de otra época.

 ¡Vamos, vamos, no se sonrojen, picaruelos!

Chema nos propone un paseo por el Parque de la Quinta  de la  Fuente del Berro, está bastante oculto por lo que no es muy conocido y tiene su historia pues su origen se remonta al siglo XVII en el que el duque de Frías y conde de Haro compró diversas tierras con el fin de formar una quinta que se llamaría de Miraflores, de Frías o Huerta del Condestable. En diciembre de 1630 Felipe IV adquirió por 32.000 ducados  la mencionada finca, que contenía una casa con jardines, huertas, tierras de labor, viñas y frondosas arboledas compuestas de gran cantidad de árboles frutales, cipreses, álamos y moreras que gracias al arroyo Abroñigal era extraordinariamente rica en aguas, que se aprovechaban para sus fuentes y estanques.

En 1640 la finca fue cedida a unos monjes benedictinos si bien el poder real se reservó el derecho de utilización del agua que era transportada a palacio a lomos de burros.

En 1730 pasa de nuevo a manos privadas, en este caso fue María Trimiño Vázquez de Coronado quien la adquirió aunque la Corona siguió ostentando el derecho sobre las aguas y el mantenimiento de la fuente y en uso de este Carlos III mandó proteger la citada fuente con una casilla con lo que empezó a denominarse como Fuente del Rey.

A finales del siglo XIX la finca sufre una transformación cambiando su aspecto de forma radical para convertirse en un parque de recreo denominado Nuevos Campos Elíseos, quiero pensar que estaba influenciado por aquellos de los que toma el nombre, no debió de tener mucho éxito puesto que dejo de funcionar a los dos años.

En 1948 es adquirido por el Ayuntamiento de Madrid si bien ya había sido declarado jardín histórico artístico en 1941.

No se impacienten ¿ven aquellos dos torreones? Constituyen la entrada  y detrás de ella la tan alabada fuente, al fondo debe de estar el antiguo palacete que aún se conserva. Y es lo único que queda de su pasado.

El parque es de tipo paisajista con distintos niveles y está formado por praderas surcadas por sinuosos paseos y escaleras rústicas de piedra, posee gran variedad de arboles.

Entre los elementos más destacados se encuentra el monumento a Becker, la estatua dedicada a Puskin, una fuente con un gran jarrón de piedra, una cascada y un par de pequeños estanques.

Desde hace unos días la Comunidad Valenciana está perdiendo parte de su pulmón verde, a la zona se la conoce como la suiza valenciana, siguen activos los incendios de Cortes de Pallás y Andilla, ya se han quemado miles de hectáreas y  siguen sin control y con la climatología adversa.

Ya no se va a poder explorar por esta amplia zona y no quiero pensar el tiempo que tardarán en regenerarse estos montes.

En este caso la causa ha sido una imprudencia pero muchos de los incendios se deben a la acción intencionada del hombre, les deben de guiar intereses económicos pero algunos disfrutan con estas acciones, se trata de un delito pero es difícil pillarlos y la condena tampoco es tan larga.

Aprovecho para manifestar mi solidaridad con las personas desalojadas y con los profesionales y voluntarios que trabajan en las labores de extinción.

¡Mucho Animo!